Continuando
con esta reflexión sobre la oración del Padre Nuestro, la oración más hermosa
que se nos ha dado para estrechar la relación con Nuestro Supremo Creador, en
esta publicación compartiré mi percepción acerca de la frase "Que estas en
el cielo".
"Que
estas en el cielo"
En la
primera reflexión de esta serie mencioné que al decir Padre Nuestro estamos
invocando al Supremo Creador, Padre de todos nosotros, sin diferencia alguna.
La frase "Que estás en el cielo" nos dice dónde se encuentra
Nuestro Padre y, por lo tanto, donde podemos hallarlo. Fíjate qué interesante,
como quien diría, para que no nos confundamos, y todos tengamos el mismo acceso
a Él.
El Padre
Nuestro, el padre de todos, nuestra fuente creadora se encuentra en el cielo, arriba; es decir, en las dimensiones
superiores. No abajo, no en la tierra, no en las dimensiones inferiores, no en
nuestro corazón, tampoco en nuestros pies, sino en el cielo, arriba; es decir,
en nuestra conciencia.
¿Sorprendido?
A mí me llenó de gran júbilo comprenderlo.
Cuando
hablamos de cielo, por lo general nos imaginamos lo que solemos ver cuando
levantamos la mirada. Sin embargo, no es un lugar que se pueda ubicar como
ubicamos un lugar terrenal. El cielo es un lugar que solo la conciencia puede
identificar, porque ese es su hábitat. Nosotros no podemos "ver" el
cielo con nuestros sentidos inferiores, solo a través de nuestra conciencia o sentidos superiores.
El cielo
quiere decir, en realidad, una dimensión superior, que, a su vez, es un conjunto de
dimensiones superiores, la cuarta, la quinta, la sexta y la séptima. Todo ello
es el cielo, pero dado que fuimos arrojados del Edén, me limitaré a la cuarta, por
ahora.
¿Quién
habita en las dimensiones superiores? Nuestro SER divino, interno, que se expresa a través de
nuestra conciencia. Es decir, El Padre Nuestro habita en nosotros, en nuestro propio SER interno y se expresa a través de nuestra conciencia.
Hablar de una dimension superior no significa hablar de ángeles, árcangeles, trompetas y todas esas cosas "celestiales", vistas como cosas lejanas e inalcanzables. Por el contrario, hablar de la dimensión superior es hablar de la expresión de nuestra propia conciencia, de nuestro propio SER.
El cielo
es lo que anhelamos todos. El cielo es el lugar de dónde venimos y del cual
fuimos arrojados, y a donde todos anhelamos volver.
Hablar
del cielo es hablar de todo aquello que no pertenece al mundo terrenal o
material. Es hablar del absoluto, del infinito, pero también del aquí y ahora.
Es hablar de la conciencia despierta y donde se realiza la máxima conexión espiritual.
Saber que el Padre Nuestro se encuentra en el cielo nos hace verlo como nuestro hogar, nos hace sentir una sensación agradable, quizás de
nostalgia, pero al mismo tiempo de esperanza al saber que allí iremos a medida
que vamos realizando nuestro trabajo interior, a medida que vamos despertando
nuestra conciencia.
Lo que me
encanta de esta frase es que con tanta sabiduría nos dice dónde está Nuestro
Padre, no hay otro lugar donde Él se encuentre, es allí donde está para
nosotros, y todos podemos encontrarnos a este nivel y ser uno solo con él,
porque todos somos sus hijos.
El Padre
Nuestro se encuentra en una dimensión distinta a la terrenal (que es la tercera). Se encuentra en el
paraíso, en el Edén, en la cuarta dimensión, que es el cielo.
Es por
ello que a medida que vamos despertando nuestra conciencia, más nos vamos
acercando a Nuestro Supremo Creador y recuperando un lugar en el cielo, en el Edén, de donde fuimos arrojados.
Ahora que
ya sabes realmente donde está Nuestro Padre, ¿Sientes por qué tenemos la
necesidad de despertar nuestra conciencia? ¿Ves que para estar cerca a Él
tenemos que hacer un trabajo de instante a instante, es decir un trabajo de
conciencia S-O-L y vivir en el aquí y ahora? ¿Que piensas al respecto?
Me
encantará oír tu comentario. Escríbelo abajo.
Fortuna.
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