La mente nos individualiza, atenta contra nuestra naturaleza
espiritual, nos idealiza en el “yo”. Sin embargo, todos somos uno y uno somos
todos.
Al silenciar nuestra mente y permitir que la conciencia nos dirija, podemos comprender que, en realidad, todos los seres humanos y los seres vivos somos parte de un todo, y, que, por ende, la individualidad no tiene cabida. Asimismo, ese todo se manifiesta en cada uno de nosotros, dando expresividad a la universalidad.
Dejemos la individualidad a un lado. Unamonos. Integremonos. Todos somos uno y uno somos todos. Acerquemonos a nuestra fuente de origen. Hagamos conexion espiritual. Silenciemos la mente. Despertemos la conciencia.
Fortuna.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario